El pasado 19 de noviembre del presente año, regresé a vivir una vez más al Distrito Federal, después de casi 6 años de no venir en lo absoluto a la Ciudad.
Me encontré con una serie de cambios, algunos para bien, otros para mal e incluso algunos para peor...
Sin embargo, ése no es el tema del presente escrito, sobre lo que quiero hablar es sobre la situación del Metro, dentro y fuera de sus instalaciones:
1. Continúan los bloqueos de los vendedores ambulantes en las afueras y en el interior de la mayoría de las estaciones o de aquellas estaciones donde confluyen dos o más líneas, sin olvidar en las que son terminales.
Estoy de acuerdo que todos tenemos derecho a ganarnos la vida de una manera honesta, sin embargo, tenemos que respetar a los demás, no por yo salir adelante, voy a atropellar los derechos de los demás.
2. Existen personas que tienen la “excelente” costumbre de una vez que están dentro del convoy, se quedan parados en la puerta de entrada/salida del vagón, obstaculizando el tránsito de las personas; inclusive he llegado a solicitarles de buena manera no se paren ahí y lo único que me he llevado por respuesta es un buen insulto.
3. En las estaciones “terminales” como es el caso de Tacubaya, en las horas pico, la gente se prepara en formaciones del mejor estilo del futbol americano profesional para entrar en los vagones y “ganar” un asiento, sin importar si atropellan a personas mayores o menores, mujeres embarazadas, como el comercial, no importa ni la edad, ni el sexo, el asunto es ganar 1 lugar. Además una vez que la muchedumbre “considera” que ya no van a alcanzar lugar, bloquean el acceso al vagón, creando un caos, además de los consabidos insultos, empujones, pisotones, etc.
4. Si tiene uno la suerte de lograr subirse al vagón, viene el vía crucis de “acomodarse” para poder bajarse en la estación que le corresponde. En el remoto caso que logre uno llegar más o menos entero a la puerta de salida, todavía falta una prueba igual o más fuerte que cuando ascendió uno al vagón, que es la bajada del mismo.
5. Recuerdo que hace unos años, hicieron una publicidad para el Metro que decía algo como: “Permita salir para poder entrar” y tuvo un éxito parcial. Me parece que esa publicidad, quedó en el olvido, puesto que hay que hacer una “formación ofensiva” para poder descender del vagón.
6. Obviamente, la línea amarilla de precaución en los andenes, está de mero adorno, la mayoría de la gente no la respeta y si uno intenta respetarla, de inmediato se paran delante dos o tres personas, “para subirse primero”, lo mismo sucede al llegar a las escaleras mecánicas, dan el “cerrón” y atropellan, empujan y “suben primero”.
7. Considero que no hay necesidad de correr ni de empujar, ¿quieres llegar a tiempo a donde vas? Sal más temprano o con más anticipación.
Finalmente, más no menos importante, no todo está mal en el Metro, la implantación de la tarjeta magnética para accesar al convoy, está excelente. La continuidad de los convoyes en horas pico, también, excelente y el servicio de camiones de pasaje que llegan y salen de las estaciones, también de lo mejor.
¿Podríamos hacer campañas cívicas para concientizar a la gente del buen uso y no abuso del Metro? Podemos hacer brigadas de voluntarios para una mejor convivencia en la Ciudad, sin ser politiquero, recordemos la frase de Don Benito Juárez: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno, es la paz”.
Gracias por opinar, te espero en twitter @fojaco
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