Ante el escándalo en que se vio envuelto el IMSS y la empresa suiza Novartis, la palabra corrupción nuevamente llega a nosotros
Está práctica que nos ha marcado como país a nivel internacional, es una práctica añeja y muchos piensan que es parte de la “cultura popular” de nosotros como mexicanos.
De acuerdo a Transparencia Internacional la evaluación de 178 países en percepción de la corrupción, Dinamarca es el país menos corrupto, seguido de Nueva Zelanda y Singapur. Entre los más corruptos: Irak, Afganistán, Birmania y Somalia. México se encuentra en el lugar 98,
Para que exista un acto de corrupción, deberá de existir al menos dos participantes. ¿Cuántas veces hemos participado en actos de corrupción? ¿Cuántas veces nos sentimos ofendidos porque nos llamen así?
Nadie esta exento de ello. Todos, lamentablemente, hemos sido partícipes de este cáncer social y que sin medir las consecuencias, provocamos tragedias directa o indirectamente.
¿Tienes todos los papeles en orden de tu vehículo? Licencia de conducir, Tarjeta de circulación, verificación vehicular, pagos de tenencia, seguro de responsabilidad civil. ¿Conocemos el reglamento de tránsito? ¿Cuántas veces te ha detenido un policía por infringir el reglamento? Cuando un policía te detiene y lo primero que te pide son tus papeles, por una extraña razón, la licencia la dejaste en casa, la tarjeta la sacó tu esposa cuando limpió la guantera del coche, o la verificación “se despegó”. Si a esto le sumamos, que venías hablando por teléfono porque era una llamada de extrema importancia y además “te acabas de quitar el cinturón de seguridad”. Y por último venías a 100 km/hr en una vialidad secundaria. Sí, le has dado la razón a quien te detiene. Los pretextos pueden ser miles, y para ahorrarte tiempo, pues una lanita te evitará la perdida de tiempo. ¿Cuántas veces lo hemos hecho? Supongamos que ninguna. Eres un ciudadano modelo y no caerás en actos de corrupción y le pides al oficial que te de tu multa.
Te das el tiempo para pagar tu multa, pero te encuentras con la sorpresa de que la placa, la tarjeta de circulación o la licencia aún no llegan. Como ciudadano responsable, te retiras y regresas a la semana (ya cuando el 50% de descuento ha caducado). Nuevamente pides tus papeles y dispuesto a pagar tu multa. Pero te encuentras con la sorpresa que tu vehículo tiene al menos tres multas por diferentes causas y que obviamente, reclamas que tu no eres el culpable. En eso recuerdas que se lo prestaste a tu hermano para la fiesta. Aún eres un ciudadano responsable, y pides la aclaración de las multas, proceso que toma bastante tiempo. El encargado te ofrece “desaparecer” las multas si “le entras” con algo. Nuevamente ese ciudadano responsable que hay en ti, ese Ciudadano modelo y que nunca corrompe, le impide entrar al jueguito. Después de largo peregrinar, queda claro que efectivamente, tienes esas multas y que deberás de pagarlas. Pero ese día no tienes tiempo y mandas a tu primo a que te eche la mano. El regresa y te da la buena nueva que las multas “salieron a mitad de precio” y que ya no “apareces en la pantalla”. Tú no te preocupas, sigues siendo un ciudadano responsable, el corrupto es tu primo…
Caminas y te encuentras un puesto metálico y compras un chicle. Sin darte cuenta, el vendedor ambulante no tiene permiso para vender en la vía pública, el espacio se lo da un “líder”. Los chicles que compraste, fueron robados de un camión repartidor y revendido en el centro, o en el mejor de los casos, son chicles que ya caducaron. No te preocupes, aun eres un ciudadano responsable y no corrupto.
Subes a tu auto y el tráfico es infernal. Ves al chavo que vende agua en la calle y pagas 10 pesos por la botella. Ese chavo consiguió el agua del repartidor que lo vendió por fuera. El muchacho es adicto y en la tarde hace sus “compras” en la tiendita. Tiendita que obtuvo su permiso de funcionamiento con una lana en la delegación y no tiene un extinguidor, al fin que al inspector le da una colaboración. No te preocupes, no eres parte de la corrupción.
Llegas a tu reunión a donde invitaste a comer a tu cliente, para mostrarle tus productos y esperas firmar un acuerdo comercial para ello. Comen en uno de los restaurantes más caros, al fin la empresa lo paga como gastos de representación. En ese momento, en la cocina, están vertiendo la grasa directamente al alcantarillado. También hay una terraza donde los clientes pueden fumar aunque se meta el humo del tabaco hacia al restaurante. El permiso de Salud ya caducó y las puertas de emergencia están cerradas “por seguridad”. Le ofreces a tu cliente un excelente precio y lo invitas al Penthouse que tiene tu jefe en Acapulco. El cliente te modifica los precios y llegan a un acuerdo, aceptando la invitación a Acapulco. No te preocupes, eres un ciudadano ejemplar. Cumpliste con tu trabajo, los corruptos son otros.
Este es un breve ejemplo, a lo mejor una breve y banal historia con la que puede y te identifiques. Si no es así, tu espíritu de ciudadano comprometido y responsable, aún puede responder sin problemas ¿Yo, corrupto?
Te invito a que participes con tus comentarios y a seguirme en twitter @lbecerrilr
me hiciste sentir corrupta :( jaja
ResponderEliminarPero muy bueno desgraciadamente es una realidad terrible en mexico
BUEN COMENTARIO UN SALUDO.
ResponderEliminarMuy bien pero te faltó el otro caso, raro pero existente: cuando tienes todos tus papeles en regla por lo que no necesitas ofrecer mordida (y te la piden pero te dejan ir) etc. Quizás no lo crees pero entonces viene la pesadilla: cumplir con fechas impuestos y reglamentos ¡Se te revierte y es peor! Ser derecho en este país es muy caro... lo digo por experiencia propia... aunque ud no lo crea. Sds y te sigo en TW hace rato.
ResponderEliminarMe parece acertado señalarnos a TODOS los mexicanos como responsables de la corrupción que del mismo modo nos afecta también a TODOS.
ResponderEliminarY aunque no es excusa valdría la pena, mi querido Luis, abordar la corrupción a la que nos orilla todo un sistema. Ejemplos rápidos: 1.- hay compañías privadas (internacionales entre ellas) que tienen contempladas partidas exclusivas para otorgar porcentajes a los funcionarios que les exigen empresas del gobierno para poder licitar en concursos. 2.- El pequeño comerciante en Mx, es orillado a robarse -literalmente- la energía eléctrica, producto de las prácticas comerciales desleales y monopólicas de empresas como Femsa-CocaCola, que los obligan a vender a precios "sugeridos" las bebidas, mediante publicidad televisiva que les deja márgenes de 20 centavos por refresco vendido, con lo cual, ENFRIARLO es un lujo que no podrían costear jamás.
Reitero que NO es excusa, es un hecho, LA CORRUPCIÓN SOMOS TODOS, sin embargo existe todo un universo de variables en torno a un fenómeno tan COMPLEJO.
Un abrazo Luis.
Exacto! Soy corrupta pasiva y lo he sido activa.
ResponderEliminarAun así el elegir ser promotora de la verdad y la honestidad marca una diferencia hacia el cambio, empezando conmigo misma.
Excelente blog. Saludos.
Increíblemente, el vivir en otro país me ha hecho darme cuenta de lo conformistas y comodinos que somos en México. Puedo decirte sin temor a equivocarme que esto es una cuestión de educación y valores. Aún cuando las circunstancias en México nos orillan a participar de una u otra manera en una red de corrupción, los valores y educación que tenemos y enseñamos a nuestros hijos son los que harán la diferencia, ojo que no quiero sonar romántica e idealista pero debemos empezar por uno mismo. Si se puede vivir sin ser corruptos. Saludos
ResponderEliminar¿Yo, corrupto? A menos que viviera en aislamiento y lejos de la `civilización´, podría decirse que no, no soy corrupto.
ResponderEliminarTu entrada me ha dejado pensando en que la cosa más mínima a mi alrededor, puede romper el esquema de perfecto ciudadano que creemos ser. Tristemente, la corrupción esta en casi todas partes y todos somos participes.
Ya sea por conformismo, comodidad o simple desidia, no puedes exigir un cambio sin antes haber reflexionado en lo que tú tambien debes cambiar en ti.
Buena entrada =)
Saludos!
Cabal tu artículo... la corrupción al fin una mercenaria nunca está, ni estará satisfecha y seguirá penetrando no solo nuestra vida institucional, social, laboral, hasta llegar a nuestro entorno familiar. Este artículo es un llamado, una invitación a la cordura, para cimentar nuestra conducta con el buen ejemplo en casa y paso a paso ir contagiando a los que nos rodean de lo bien que se siente ser honesto
ResponderEliminarEfectivamente, la corrupción somos todos...y por 71 años, la idea de "Súbete al caballo de la Revolución para enriquecerte"... Ahora para extirpar esa iIDEOLOGÍA de los mandos de los gobiernos, tendría que haber otra Revolución!! Pero ahora con revolucionarios HONRADOS...
ResponderEliminarHoy recordaba aquellos años en que al cruzar la frontera en automóvil cargado las compras familiares, se debían implementar estrategias especiales para "Dar mordida"...Y que delante de los hijos, los padres enseñaban la mejor forma de hacerlo…
Estos eran los años en que, hasta traer un "chicle" del extranjero, era un acto ILEGAL!...BONITO PAÍS y bonitas leyes…
Todo esto lo hemos construido la misma sociedad, permitiendo que los "Revolucionarios" diseñaran un sistema de país, pensado especialmente en las mil y un maneras de "corromper y corromperse"...
Bonita herencia ¿NO?...pero lo PEOR es que estamos por festejar los 100 años de haber dado inicio a la “Era de la CORRUPCIÓN”...Si, los gobiernos POSREVOLUCIONARIOS...
Hoy, aquí y ahora...es el tiempo de reconocer que los ideales de la REVOLUCIÓN...murieron con FRANCISCO I. MADERO!
Como a bien refirió, Ana en el comentario anterior y parafraseando al ‘gran filosofo’, ‘La corrupción somos todos’ si durante todos los años que estuvieron en el gobierno nos aleccionaron en ello. Sin bien se piensa aun que es parte ‘de la cultura popular’, en los ciudadanos esta el poder cambiar esa practica, percepción, concepto o como le quieran llamar. Es el momento de que iniciemos un cambio por el bien de nosotros mismos.
ResponderEliminarY si yo también he sido corrupto.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminareste blog es la cruda realidad de nuestros paises latinoamericanos. Hoy pude ver como un joven se estacionó en doble fila cuando le dije que quitara su auto me pregunto en que me afectaba, le dije que llamaria a la policia y me dijo que si lo infraccionaban que caminara con cuidado. Le dije que me afectaba como ciudadana, como persona que paga impuestos y como simple transeute. Es para que vean como pensamos y lo mas triste que son los jovenes imitandonos a los adultos. Excelente blog felicidades
ResponderEliminarosea, todos estamos mal? mmm yo creo que bajo ese panorama hay de 2 sopas: te deprimes y no sales ni a la esquina pa no corromperte en el camino o te resignas y cometes "actos menores", total, todos somos corruptos.
ResponderEliminarMira, el síntoma ya todos lo conocemos, nos lo repiten en la tele, en el radio, hasta en las teleniverlas... a mi como que me gustaría que mejor hicieramos como que campaña anticorrupción, caray a veces es simplemente imposible, pero quiza ver opciones de como no cometerla, evitar caer en ella o hacerla la más pequeña posible. Y no me refiero al club de los solecitos felices. Me refiero a estimular no cometerla, a hacerlo reforzando el respeto hacia nosotros mismos.
Me rehuso a heredarle a nuestros niños un "País enfermo irremediablemente de corrupción"