¿Y por qué no mejor, un divorcio exprés?

Y es que ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación, declaró constitucionales estos divorcios de mutuo acuerdo en el Distrito Federal. Pues aprovechando ésto deberían demostrar civilidad en su separación, detener las agresiones, mentadas, golpes bajos y separarse de manera tranquila.

¿A quiénes me refiero? A Grupo Carso, Televisa y T.V. Azteca. Ya que han surgido
diferencias irreconciliables entre “El hombre más rico del mundo”, y dos de los hombres más ricos de México, (¡Hasta entre los perros hay razas! Dijera mi abuelita) Y gane quien gane ésta reyerta, nosotros perdemos.

Porque el disfraz de esta bronca es que los ricos están verdaderamente preocupados por nuestro bienestar y a decir de Azcárraga y Salinas, el muy rata de Slim nos quita el dinero de los bolsillos con sus tarifas astronómicas, atrasa al país con sus servicios limitados y atenta contra la libre competencia obstaculizando la interconexión y encareciéndola. Y Azcárraga y Salinas tienen razón.

Mientras que nuestro hombre Forbes asegura que quiere defendernos del oligopolio de las televisoras, que no permiten que haya competencia en ese mercado para manejarlo a su antojo, nos atascan con contenidos mediocres y nos dicen las noticias que les conviene. Y el hombre Forbes tiene razón.

Mientras que el matrimonio fue perfecto nunca dijeron nada, no objetaron y no se
preocuparon por nosotros. Estaban muy entendidos en “Ustedes su oligopolio y yo mi monopolio, ¿Va?” Y jodanse nuestros clientes, los que nos dan su dinero. En fin, los que nos hacen ser los más ricos.

Peeeeeeero la codicia, inherente al rico los empezó a traicionar, el matrimonio comenzó a tener grietas. Las televisoras se preguntaron; ¿Por qué él es el más rico del mundo y nosotros nada más de México? ¿Y si probamos suerte en la telefonía? ¡Malo! Cuando en un matrimonio se confunden los roles, la cosa empieza a fallar. El señor Slim, sin ningún reparo les advirtió que si se metían al mundo de la telefonía(obvio era su monopoliesito) se iba a meter al mundo de las televisoras. Y cuando el hombre más rico del mundo te amenaza, pues tienes que creerle. Y eso hicieron, le creyeron y crearon la ley “Televisa” para hacer muy difícil, casi imposible,
obtener una concesión para televisión, pero eso no detiene a Mr. Telmex y prepara su entrada a ese mundo.

El divorcio dio inició oficialmente con el 2011 mediante la dura decisión de Carlos Slim de no anunciar más sus empresas en Televisa y T.V. Azteca. Y esto dolió mucho a las televisoras y dolió donde más les duele a los ricos: En el bolsillo. Mucho dinero que ya no va a ir a pauta televisiva y que seguramente extrañaran en las televisoras y ahora en “prime time". Por ejemplo; En el noticiero con López-Dóriga se anuncian hasta escuelas patito, total los huecos hay que rellenarlos, y además de anunciar lo que sea, pues aprovechan a López-Dóriga para que arranque una andanada de ataques contra Slim, y toda la semana ha sido nota para criticarlo, pero la que ni siquiera se consideró noticia la semana pasada fue la inauguración del museo Soumaya que pertenece a Slim, ni porque fue el presidente Felipe Calderón, pero eso sí, ayer volvió a ser titular, pues su aparición en la revista Forbes como “Hombre más rico del mundo”, que en otros años parecía enorgullecerles, ahora dio pie a puras indirectas del origen del dinero; que él no hace filantropía y Bill Gates sí, etc, etc. Hasta la foto que ponían de él era poco favorecedora, parecía el malo de la película.

Por su parte Slim a través de su sistema informativo “UNO Noticias”, toda la semana le ha tirado duro al (Cito) Duopolio televisivo...

En vez de hacer un divorcio exprés, fuera guantes y a darse con todo. Al menos ya se a donde va a parar todo el dinero que se está ahorrando Telcel al no pagar pauta televisiva, ya que según me dijo ayer una amable señorita al teléfono, Telcel quiere que renueve mi contrato con ellos y me envían hasta mi casa a un ejecutivo, con todos los folletos, planes y hasta con tres mil pesos de regalo en vales de restaurantes, para que me quede con ellos.

Total que como en todo mal divorcio los que la pagan son los niños y acá los niños somos nosotros, quedaremos condenados a vivir de lunes a viernes con mamá Televisora, que nos mal educará mientras habla mal de Papá Telefónica, quien a su vez, los fines de semana nos llevará a gastar sus vales en Sanborns.